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Historia del Cappuccino


Empieza asi...

Dicen que fue un monje del siglo XVII quien, en la Italia del 1683, se le ocurrió inventar esta deliciosa bebida de café que con el tiempo se ha convertido en una de las más consumidas en todo el mundo. El sacerdote se llamaba Marco d’Aviano y su hábito de la orden de los capuchinos fue el que cedió el nombre al famoso café.

Sin embargo, expertos más modernos aseguran que el origen del cappuccino es mucho más reciente y, la verdad, dadas las condiciones necesarias para prepararlo, hemos de admitir que a d’Aviano le habría sido un poco difícil conseguir esa cremosa, esponjosa, dulzona y aireada espuma de leche que hace al cappuccino una bebida tan especial.

Lo cierto es que si hemos de atender a las nuevas teorías, la bebida preferida por los italianos para sus desayunos no nació hasta mucho más tarde y se le empieza a seguir el rastro allá por 1855, cuando en París se celebra una feria de exposiciones en la que se presenta una máquina de café espresso.

No obstante, hay razones para creer que no se pudo disfrutar de un cappuccino tal y como hoy lo concebimos hasta que a mediados del siglo XX, aparece la máquina de Achille Gaggia, capaz de generar la presión necesaria para producir el vapor que precisa la especialísima leche de este café.

Porque aquí está la cuestión, en la leche del cappuccino, que jamás debe hervir y que es calentada a unos 70ºC a través de un chorro de vapor a presión, que le insufla tal cantidad de burbujas de aire que la vuelve espumosa e incluso modifica su sabor.

En Dunkin’ Coffee nos hemos hecho herederos de tanta historia para poner en tu vaso nuestros famosos cafés espresso, riquísimos Dunkaccinos y exquisitos Cappuccinos.

 
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